29 oct 2008

Nace el TEA, Tenerife Espacio de las Artes


Este viernes día 31 de octubre del 2008 se inaugura el tan esperado TEA, Tenerife Espacio de las Artes, popularmente conocido por muchos como el IODACC, Instituto Óscar Domínguez de Arte y Cultura Contemporánea, en Santa Cruz de Tenerife. Se presupone como un lugar de encuentro para las artes, pues abarca en su espacio el Instituto Óscar Domínguez, la Biblioteca Insular Alejandro Cioranescu y el Centro de Fotografía Isla de Tenerife. Este proyecto que por fin parece tomar forma lleva años en construcción, tanto su continente como su contenido, ya que el edificio que nos ofrece este despliegue de rincones para el arte consta de aproximadamente unos 22.600 metro cuadrados y ha sido diseñado por el prestigioso estudio de los arquitectos suizos Herzog & de Meuron, artífices, de entre otros, el famoso estadio olímpico del Nido de Pekín. Y como no, salta la intriga no sólo por conocer sino por ver colgada de las paredes la colección que durante años han estado preparando y que no me cabe duda, creará polémica y división de opiniones, por mi parte y de lo poco que puedo saber tiene toda la pinta de quedarse corta, insuficiente para tantos metros e insuficiente para ocupar un puesto de relevancia en el ámbito museístico, no obstante, concedo el beneficio de la duda y confío plenamente en que si se actúa bien, ese puede ser el gran punto de inflexión para el arte de Tenerife y de Canarias y el gran punto de encuentro para todo lo que tenga relación con las artes en las islas.


28 oct 2008

100 años de Bellas Artes en Bilbao

He de hacer una importantísima mención al centésimo cumpleaños del Museo de Bellas Artes de Bilbao, un merecido reconocimiento a ese maravilloso centro de todas las artes que se encuentra empequeñecido mediáticamente por el gran amasijo de hierros que es el Guggenheim, sin ofender, un continente espléndido, autentico lujo para los ojos pero del cual no puedo alabar su contenido, pues a mi humilde parecer, se le podría sacar mucho más jugo que el de una enorme sala de exposiciones. Tienen mérito algunas de las piezas que allí se encuentran, los tulipanes de Koons sin ir más lejos, una de mis debilidades, pero no hay mucho donde elegir cuando el deseo te lleva a experimentar el arte más contemporáneo, el que se supone deberían proyectar museos como ese, y por supuesto como el Reina Sofía, pero ese es otro tema al que también hay que dedicarle unas cuantas reflexiones.
En cuanto al Museo de Bellas Artes de la ciudad de Bilbao, que actualmente celebra su centenario, no puedo más que hacer una reverencia ante lo que allí pude degustar. Partiendo desde lo más destacado del arte antiguo español e internacional, paseamos por sus salas y nos vamos topando con obras maestras que van desde Ribera, Murillo, Velázquez, y de más joyas anteriores al XIX, piezas claves de las vanguardias representadas por los más grandes, Picasso, Dalí, Magritte, Domínguez. Hasta llegar a la cúpula de lo considerado como contemporáneo, obras destacadas de Francis Bacon, Giacometti, De Chirico y tantos otros con los que podríamos llenar hojas y hojas, sin mencionar, claro está, la espectacular cobertura que ofrece a todas las etapas del arte vasco.
Por todo esto, y porque quiero que los amantes del arte sean plenamente correspondidos y queden enteramente satisfechos, he de considerar y recomendar el Museo de Bellas Artes de Bilbao como uno de los más completos e imprescindibles de este país. Así pues, si van a Bilbao, por nada del mundo deben salir de allí sin probar sus pinchos, admirar la gran obra de Frank O. Gehry, y deleitarse con el inmejorable contenido de su Museo de Bellas Artes.

27 oct 2008

Damien HIRST, héroe o villano.


Con sólo nombrarlo salta la polémica, la refriega entre los que en sus obras ven la genialidad plasmada en materiales, pequeños frascos estratégicamente colocados en una estantería, animales perennes sumergidos en formol y hasta una calavera decorada con más de 8.000 diamantes que la recubren por completo y con la que consiguió la más que interesante suma de 74 millones de euros, y los que consideran que el tal Damien Hirst no es más que un bufón con suerte en este loco mundo de apariencias y figurantes que es el mercado artístico. Pero qué duda cabe de que como refleja la revista The ArtReview en su ranking anual de los hombres y mujeres más influyentes del mundo del arte, este artista de Bristol es a día de hoy la referencia número uno, desplazando hasta el octavo puesto al máximo accionista de la todo poderosa Christie’s François Pinault. De modo y manera que, le pese a quien le pese, el principal valedor de los Young British Artist se ha hecho con el control no sólo del concepto de arte contemporáneo sino con el negocio multimillonario que éste produce. Hirst a parte de ejercer como artista plástico a mi parecer de grandes cualidades hace las veces de comerciante experimentado y ambicioso, llevándolo a establecer su fortuna personal en más de 300 millones de euros, muy por encima de otros notables británicos como Elton John y Mick Jagger, y díganme ustedes, ¿hoy en día venderse no es un arte?, lo es, sé que no se trata de un arte plástico, no es una maravillosa pintura de Tiziano ni un sugerente mármol de Rodin, pero les guste o no, en los tiempos que corren si no te vendes desapareces, la historia avanza y la idea del artista romántico entregado a su obra que parece estar por encima del bien y del mal, al que sólo le preocupa plasmar sus inquietudes y sueños en el lienzo, ha muerto, asesinada por el mercado, pero ha muerto y demos gracias de que el arte sea testigo de su tiempo y a cada situación le acabe sacando partido.
En definitiva, ese joven británico al que Charles Saatchi sacó de un sombrero, no nos ha ofrecido bodegones con vasos de cristal que parecen casi palpables, reales, ni paisajes que confundamos con fotos, no, ese genio británico nos ha ofrecido elementos que jamás consideramos en nuestra noción de arte, elementos que a todo hijo de vecino le infunde opinión, a favor o en contra, pero todos tenemos algo que decir, porque todos tenemos ojos y quedamos impactados con lo que vemos.
Los críticos defecaron sobre la primera exposición de los impresionistas, tacharon sus obras de aberración e insultos a los grandes artistas, así como la decadencia del arte, hoy en día los impresionistas son casi dioses, desde Monet a Juan Botas, los impresionistas son incuestionables y caminan entre nubes. El señor Damien Hirst ha empezado algo, ha dado relevancia a un concepto de arte que antes ni se contemplaba, el señor Damien Hirst dormirá por encima de Monet.